Hay que hacerlo ahora, hay que tomar una guitarra, un pincel, un lápiz, o una cámara; hay que componer una canción, pintar un lienzo, tomar fotografías o hacer una película; hay que dirigirse a la autoridad y cuestionarla; en otras palabras: hay que hacer Rock. En cierta forma eso es lo que Olallo Rubio nos invita a hacer en su nueva película Gimme the Power [la cual el próximo viernes 15 de junio se estrenará en salas de Guadalajara, Puebla, Uruapan, Morelia y Zamora en el interior de la República Mexicana]. Y es que Gimme the Power no es solamente un documental sobre la banda Molotov, también es una película que nos introduce al contexto político del México contemporáneo; pero al mismo tiempo, Gimme the Power nos habla sobre el rock en México y de cómo además de ser temido por el sistema y las figuras de autoridad (no sólo políticos, medios de comunicación conservadores, padres de familia, etc), el rock ha sido incomprendido.
Uno de los principales acontecimientos en la historia del rock en México es el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro [también llamado por algunos como el "Woodstock mexicano"], el cual se llevó a cabo al aire libre en Avándaro, Valle de Bravo, Estado de México, un 11 de septiembre de 1971. Cabe señalar que dicho festival se realizó relativamente poco tiempo después de haber ocurrido las matanzas de estudiantes del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971 (también conocida como La Masacre del jueves de Corpus o El Halconazo). El cartel del Festival de Avándaro estuvo conformado por bandas como Los Dug Dug's, Three Souls in my Mind, El Ritual, La División del Norte, Peace and Love, Los Tequila, por mencionar algunos. El festival contó con una asistencia de más de 200 mil personas. Parte del evento fue cubierto por Telesistema Mexicano (actualmente Televisa) sin embargo al ver que el público estaba muy emocionado y "alvorotado" (como en cualquier concierto de rock de la actualidad) se decidió interrumpir la transmisión. Posteriormente los medios de comunicación "satanizarían" al Festival de Avándaro argumentando que hubo violencia, disturbios, heridos, uso desmedido de drogas y faltas a la moral; cuando la realidad es de que sólo se trato de un concierto catártico con saldo blanco. Por consiguiente durante toda la década de los 70 en México, el rock sería censurado por el gobierno; los diversos establecimientos en los que los jóvenes podían ir a tomar bebidas no embriagantes, tomar un helado, escuchar y bailar rocanrol, y ver a bandas tocar en vivo, serían cerrados. Fue entonces que surgieron los hoyos fonqui, lugares improvisados donde las bandas podían tocar rocanrol y el público podía ir a escucharlos, sin embargo las condiciones en esos lugares no siempre eran las más apropiadas y siempre estaba presente el riesgo de que llegara la policía a arrestar tanto al público como a las bandas. La corrupción también se llegó a dar, no faltaba el policía que estuviera afuera del lugar en el que sería el toquín (el show) cobrando a la gente para poder pasar. El ser rocanrolero, el tocar en una banda de rock o el escuchar rock sería casi como cometer un delito, por lo que durante esos años el rocanrol se volvería un movimiento underground. Ya en la década de los 80 llegaría el ejercicio de mercadotecnia conocido como Rock en tu idioma, el cual englobaba a bandas de España, México y Argentina que en su mayoría (con alguna que otra excepción por supuesto) no tocaban rock sino pop o pop-rock; pero esa es una historia para otra ocasión.
Por último les dejo uno de mis temas favoritos de Los Dug Dug's llamado "Let's make it now"
Saludos a tod@s, muchas gracias por sus visitas y sus comentarios.
Que historias, de antaño por supuesto. Sinceramente no me gusta reunirme donde muchas personas esten juntas al mismo tiempo... me pone de malas y la verdad no disfruto muy agusto el espectaculo ya sea fut, rock, teatro...
ResponderEliminarPero aun asi, respeto a los que les gusta andar en bola.
Saludos!!!
Saga: Ok, se entiende. A mí sólo me pasa eso en el metro, cuando se trata de conciertos no me importa la verdad pues la demás gente va a lo mismo que yo: a disfrutar un buen concierto de rock.
ResponderEliminarSaludos, gracias por tu comentario.
Alo:
ResponderEliminarYo me suelo engentar y poner de malas en ocasiones en el metro y en otros sitios, así que por eso no me lanzé a ver a Sir Paul jajajaja
Buena peli, divertido día en el cine con vos.
Un beso
Geisha: OK, el como reaccionamos ante las multitudes no era el tema principal de esta entrada pero bueno... supongo que en el caso del concertero de Sir. Paul no sólo era la cuestión del gentío sino también el tener que llegar muy temprano o quizás hasta un día antes y tener que aguantar ahi hasta que iniciara el concierto, lidiando las dificultades de encontrar comida, agua y un lugar para ir al baño.
ResponderEliminarY también me la pasé excelente contigo.
Saludos y muchas gracias por tu comentario, ya comenzaba a sospechar que nadie más comentaría en esta entrada :/