jueves, 30 de julio de 2015

MUCHAS PALABRAS, pocas acciones... (con las alas rotas)

Llego el momento de ser valiente, cuando chocas con el muro y sientes ese hielo recorrer en todas direcciones desde tu estomago hasta tu cuello pasando por la cuerda floja de tu columna... Sabes entonces que no hay marcha atrás, que ya no puedes hacer que no vez nada, que la sombra se volvió tan clara como la luz misma. 

Intentas tranquilizarte y mirar tu cuello mientas repites: "Es momento: Una vez es error, dos casualidad y más es pendejismo tuyo" (me dijo un amigo al cual le creo) Llego el momento de ser valiente, tomar la verdad que me quema con su frió y decidir que hacer con ella, que hacer con lo que deje que hicieran de mi, con el resultado de lo que elegí a conciencia pura (o eso quiero creer) aun cuando sabia en verdad lo pronto que me abofetearía contra ese muro el elegirlo.

¿Por qué? 

Pues es como esas veces en que querías enamorarte, pero las mariposas de tu estomago acabaron devorándote por dentro completamente. Insectos a fin de cuentas... Bellos... Si, pero insectos pues. 

Luego te miras de reojo y piensas, que curioso... ¡Contradictorio! Los últimos dos años de tu vida no has hecho mas que según tu, correr hacia la verdad, buscar ese pequeño pedazo de mundo objetivo escondido entre lo que hay, "PORQUE LOS GRANDES FILÓSOFOS NO SE ANDAN CON RELATIVISMOS" (me había dicho ÉL y yo le creí, o le creo... No se ya).

Fue entonces que me encontré con un pequeño casi milimétrico fragmento del mundo y todo parecía apuntar que era realmente una verdad, era lógico... Bueno... Me hacia sentido, sostenido por hechos, olía... parecía y se sentía una verdad. Pero... No me hacia sentir como yo pensaba se sentían los grandes cuando encuentran una. 

Esta verdad... No sólo me dolía, me aterraba... Tanto que aun busco el modo de esconderla y desearía no haberla considerado jamás, pero como ya dije... Es momento de ser valiente... 

Fue entonces que el muro se cayó a pedazos sobre mi diciéndome: ¡Hey ya lo sabías! pasó rápido y brusco, casi tan violento como si un terremoto fuera lo que lo tiró, pero se que no fue eso, fue la cosa horrible que en realidad no quería sacar del caldero... Pero lo hice, en busca de otra cosa... Sí, pero lo hice. Ahora esta frente a mi y no hay marcha atrás, ¡Ya no puedes hacer que no lo sabes! 

Entonces lo decidí, cuando vi lo mucho que te gustaba volar... Lo mucho que necesitabas hacerlo para existir, decidí irme al otro lado, no seguirte, me quedé al otro extremo y te deje libre, te deje volar... Dejé que tronara lo que tenía que reventar. 

Esta vez no me quede sentada ahí esperando que ocurriera algo. 


Dann Imaginaria Enriquez 
GRACIAS HASTA LA PRÓXIMA