jueves, 11 de noviembre de 2010

El mayor detonante: una chispa que enciende mi agua.

Originalmente éste texto ha sido escrito alrededor de la medianoche; momento en el que la mayor parte del ruido no está presente; momento en el que la única actividad correspondiente a la rutina diaria (de una persona diurna) es dormir. Pero aunque toda la demás gente de mi entorno se encuentra dormida, los aparatos electrónicos apagados y el paso de los automóviles son simples suspiros y ronroneos entrecortados al compás de uno que otro perro ladrando... hay todavía una fuente de ruido: mis pensamientos.

El ruido no sólo proviene del entorno, sino también de nosotros mismos. Todo el tiempo algo está "pasando" en nuestra cabeza; ya sean las tareas diarias por realizar, los asuntos y problemas pendientes, las elecciones que iremos tomando en el transcurso del día, los "llamados" del cuerpo (hambre, ganas de orinar, defecar, descansar, dormir); los sentimientos, los deseos sexuales, la atracción hacia otra persona... Todo eso, y mucho más, hace acto de presencia y, al igual que nosotros, no deja de aclamar atención. Ni siquiera al dormir se está libre de éstas voces dentro de la cabeza. No falta la noche en que soñemos con todo lo presente en el día; de una forma fantástica, contradictoria, incontrolable y, algunas veces, incomprensible. Y cuál es la razón de todo éste ruido (externo e interno) que percibo [?]. Tal vez no haya alguna razón, y si la hay, no es necesario que deba "razonarla".

Digamos que mi cuerpo me "dice" que, en éste momento, tengo que echarme un pedo -osea, me dan ganas de echarme un pedo-; no importa el lugar ni el momento, mi cuerpo debe de echarse un pedo. Es algo que no se piensa dos veces; uno se echa el pedo o se lo aguanta (a pesar de los retortijones y demás molestias). Podríamos seguir analizando éste asunto del pedo hasta tener material suficiente para formar un volumen íntegro del Tratado sobre el pedo. Pero todos los razonamientos, argumentos y explicaciones que lo llegasen a conformar nunca serán ese pedo que me quiero echar. Los asuntos del cuerpo no tienen que ser siempre abordados por el intelecto; como suele decirse "ese no es su pedo" [su asunto].

Lo mismo sucede con los "asuntos" del corazón, y los del sexo. Por más que lea y relea los Estudios sobre el Amor de José Ortega y Gasset o El Arte de Amar de Erich From; cuando alguien me pregunte: ¿Me amas? ¿Cuánto me quieres? ¿Cuánto me amas? etc... no podré responder con palabras. Pues el amor y los sentimientos no son asunto del intelecto, no se piensan, se sienten, se viven. De igual forma, los deseos sexuales tienen su propio rubro, y de nada sirve reprimirlos y negarlos. Es insano volverse una mujer frígida o un hombre impotente. Para qué negar ese poder que reside en el sexo de cada ser humano [?]. Es como cortarse el cuerpo de la cintura hacia abajo. Aunque no hay que negar nuestro sexo, tampoco se debe dejar controlarse por éste. La energía y los deseos sexuales no deben de negarse sino aceptarse y canalizarse.

Al momento de haber escrito éste texto podría estar durmiendo para no amanecer agotado, y hasta soñando en la chica que me gusta; o podría estar masturbándome para amainar las ganas de fornicar con alguien (o también para contrarrestar el insomnio); o podría ir al baño para que no tenga que levantarme más tarde... Todo, todo, todo (el cuerpo, el sexo, el intelecto, el corazón) exige de atención en todo momento; y no me permite hacer nada. Pero hay algo dentro de mí a lo que no le importó el ruido y todas las peticiones de atención -incluyendo las mías. Algo dentro de mí hizo posible éste texto, algo que no soy yo. No he sido yo quien ha escrito ésto; fue el texto el que se ha escrito a través de mí. Tal vez haya sido gracias a esa gota de agua que se encuentra dentro de nosotros, pero que a su vez no somos nosotros; esa gota que es la conexión con un Todo. Como diría Gustavo Cerati: "En una gota cabe el Universo y cuando arqueas el cuerpo mi lengua roza tu profundo manantial". Hay que dejar de aclamar atención y generar el medio propicio para que se dé la chispa inicial que enciende nuestra agua. Hay que apagar el fuego y encender el agua.

9 comentarios:

  1. tal cual, es eso lo que hay que hacer



    mi texto si, se referia a internet y a las redes sociales, que serian un poco lo mismo, no? en cierto punto. me harta. pero me tira para adentro, como el mar.

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  2. Bien planteado, tambien estan la autocritica feroz que surge inesperadamente, estan las emociones, las sensaciones que no se pueden expresar con palabras. Y las necesidades fisicas que no siempre estan acorde con los pensamientos. Uno de los pensamientos podria ser: si pudiera controlar mis sueños, soñaria con...
    Otro pensamiento posible: ¿por que algunos cibercafes se llevan tan mal con los blogs?

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  3. Demiurgo: ¿Algunos cibercafes se llevan mal con los blogs? Por qué [?]. Permiten chatear y videochatear pero no postear en un blog [?].

    Los sueños son un tema interesante. Por más que querramos soñar algo en determinada noche no soñamos necesariamente lo que habíamos planeado-esperado. Otra forma de querer influir en los sueños es cuando uno quiere "tomar el control de lo que sucede en el sueño y, por ejemplo, querer escapar de una situación desagradable en una pesadilla.

    Saludos a todos y gracias por sus comentarios.

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  4. Sí, algunos cibes estan un poco desactualizados, permiten escribir pero no publicar.

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  5. Dios mío!!! te soy sincera, no recuerdo haber pasado antes por tu blog o tal vez sí lo hice...
    pero este post me latió muchísimo, que cierto todo lo que dices, bueno, escribes...

    últimamente he reprimido muchas cosas, hasta los pedos en la oficina...

    ya no quiero

    ya me cansé!!!!!!!!!!!!!!

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  6. Fémina Sanguinaria: Qué bueno que te latió éste post. No importa el lugar, no hay que aguantarse el echarse un pedo. ¿Qué tiene de malo o desagradable echarse un pedo? Echarse un pedo es parte de un proceso natural del cuerpo. Somos humanos; pensamos, dormimos, comemos, cogemos y cagamos.

    Saludos y gracias por pasar a comentar.

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  7. gracias a ti por leer mis constantes payasadas!

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  8. Describes al iniciar las acciones suscitadas a medianoche, la tranquilidad muchas veces inspira. Me gusta el parrafo en el cuál hablas sobre la diferencia casi imperceptible entre sentimiento y estado y como a veces estos nos los estados nos dominan.

    Saludos ;)

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